¿Qué es el RFID?

En esta guía completa sobre el RFID intentaremos solucionar todas tus dudas sobre esta tecnología que está teniendo cada vez más uso comercial.

Sin duda la tecnología RFID es una de las grandes desconocidas, no sólo para el gran público, muchas veces también dentro del mundo empresarial.

Sin embargo, es una tecnología llena de posibilidades y que usamos mucho más de lo que crees.

Por ello, en este artículo de hoy te queremos contar:

  • Qué es la tecnología RFID.
  • Cómo funciona.
  • Sus principales ventajas.
  • Algunas de sus aplicaciones más importantes.
  • Y la vamos a comparar con otras tecnologías análogas, como el NFC o los códigos de barras.

¿Qué es la tecnología RFID?

Comencemos por el principio:

RFID son las siglas en inglés de algo que se traduce como Identificación por Radio Frecuencia y, aunque parece nueva, lleva la friolera de 100 años con nosotros, ya que fue inventada por el MIT a inicios de la década de 1920.

El fundamento de esta tecnología es que permite identificar objetos gracias a ondas de radiofrecuencia, y, más concretamente, a etiquetas puestas en ellos.

Para que te hagas una idea, los códigos QR o también los códigos de barra utilizan una imagen, por eso hay que escanearlos.

Sin embargo el RFID va por ondas, así que sólo tenemos que ponerlo cerca de un lector, y se producirá la magia.

Un poco de historia (pero poco)

La historia de la tecnología RFID es apasionante, pero quiero darte unas breves pinceladas para que sepas de dónde viene sin aburrirte.

  • Como te decía, comienza su andadura en la década de 1920, creada por el MIT.
  • Luego otros intentaron hacer cosas similares, por ejemplo, Reino Unido desarrolló el IFF que usaron en la Segunda Guerra Mundial para identificar aviones.
  • El RFID tal como lo conocemos ahora es algo más reciente, de 1960, lo que pasa es que era tan caro que no tenía aplicación comercial masiva.
  • Y, como curiosidad, en el año 1997 Eduardo Kac se implantó un chip RFID en directo dentro de su obra de arte Time Capsule.

Como ves, simplemente con esta lista verás que el RFID tiene muchísimas aplicaciones.

Cómo funciona el RFID

Ya conocemos qué es y un poco de la historia del RFID, ahora nos toca adentrarnos un poco más en cómo funciona.

Partes del sistema RFID

Hay tres elementos fundamentales en esta tecnología:

  • Una antena RFID: Está conectada al lector por un cable, y su función es enviar radiofrecuencias para ir activando las etiquetas que veremos como tercer punto fundamental de la ecuación.
  • Un lector RFID, también conocido como Transceiver: Es una de las piezas clave porque es lo que permite no sólo leer, también procesar la información de las etiquetas. Normalmente tienen varios tipos de lectura según lo que queramos hacer en ese momento.
  • Una etiqueta RFID, también conocida como RF-tag: Están normalmente pegadas en el objeto o bien que queremos contabilizar, y tienen algunas características propias según lo que se necesite, desde bancos de memoria propio o longitudes a las que se activan, ya que no es lo mismo realizar labores de logística en un almacén que contabilizar productos en una caja registradora para realizar un pago.
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Y así funciona el sistema en un proceso normal

Una vez tenemos todos los elementos, la pregunta que te puede asaltar es como se articulan para su funcionamiento.

Normalmente, la mercancía se acerca, ya sea por una cinta transportadora, un vehículo o una persona a la antena RFID.

Esta antena detecta el RF-tag, y emite una señal al lector.

Por su parte, el lector valida la información y la envía al sistema para el que esté diseñado, desde una caja registradora hasta el ERP de la empresa, de forma automática e inmediata.

Algunas aplicaciones de esta tecnología

Las aplicaciones de la tecnología RFID no paran de crecer en los últimos años, en parte debido a que el coste de la misma se ha disminuido bastante, y ahora ya sí puede competir con otros sistemas.

Por ello, te queremos mostrar algunos de los más populares o innovadores.

Gestión de inventarios en almacén

Comenzamos con la aplicación mayoritaria a día de hoy, que no es otra que la gestión de inventarios en almacenes físicos.

Las ventajas son palpables tanto en almacenes grandes como pequeños y, a día de hoy, es posible implementarlo y obtener rendimiento incluso en estos últimos, democratizando el uso de esta tecnología.

Esta tecnología puede suponer un ahorro importante de tiempo ya que, todos los segundos que pasas buscando códigos de barras para aplicar el lector, se evaporan y, además, el sistema va a obtener una mayor información de la etiqueta.

Trazabilidad en entradas y salidas de mercancías

El movimiento en el almacén está muy bien, pero hay un montón de pérdidas que se producen cuando estamos sacando mercancía al exterior o recepcionándola.

Con la tecnología RFID limitamos mucho que esto pase, ya que podemos colocar arcos en las entradas y salidas de nuestro centro logístico, y estos arcos nos van a decir con un margen de error muy pequeño lo que entró y lo que salió por allí.

RFID en alimentación

Gracias a que las RF-tag contienen mucha más información que los tradicionales códigos barras, podemos tener mucho más controlado datos y procesos de vital importancia en la cadena alimentaria.

Gracias a la tecnología RFID podemos tener controladas las fechas de caducidad o los lotes, conociendo en todo momento en qué lugar se encuentran.

RFID en entornos de producción industrial

En industria siempre existe la obsesión de automatizar procesos al máximo y ahorrar tiempo entre unas acciones y otras, y es normal, ya que buscamos mantener la productividad al máximo sin por ello perder calidad.

Gracias a esta tecnología unida a la Industria 4.0 te puede hacer tener un control de tus procesos productivos como nunca antes hubieras imaginado, ya que puedes tener todos los datos y tiempos de producción integrados en un dashboard para tomar decisiones de negocio, incluso en tiempo real.

RFID en tu cesta de la compra

Seguramente te fijaste en que algunas tiendas tienen un sistema, normalmente de autocobro, con una cesta que te permite meter artículos en ella y te va realizando el conteo.

La próxima vez que veas algo así, te recomendamos que deposites varios objetos a la vez, y verás que el sistema no falla.

Esto es debido a que este proceso está realizado con tecnología RFID y, por lo tanto, no tiene que “ver” un código de barras, basta con que esté cerca.

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Ventajas de esta tecnología

Como podrás imaginar, esta tecnología tiene muchas ventajas frente a las más convencionales, siendo las principales:

  • La tecnología RFID destaca por no necesitar ver la etiqueta para extraer información, con lo que nos olvidamos de los típicos lectores orientados, ya sean de mano o no.
  • Los datos RFID pueden encriptarse, de hecho, se usan en campos con un componente de seguridad tan fuerte como la sanidad o banca, incluyendo tarjetas de crédito.
  • Otra gran ventaja es que se pueden regrabar todas las veces que quieras, lo que hace que puedas ahorrar en costes.
  • Son mucho más duraderas que los códigos de barras, porque no necesitan lectura directa.
  • Además, un sólo lector RFID puede leer muchos RF-tags a la vez (del orden de cientos).
  • Al estar conectados con el lector, la información se puede integrar con el sistema que quieras, normalmente un ERP, pero no exclusivamente. Además, estos datos se pueden enviar en local o hacia una nube.
  • Es rápido, muy rápido. A día de hoy la respuesta del sistema es menor a 0.1 segundos.

RFID comparado con otras tecnologías

Claro, el RFID no es la única solución que tenemos para estas aplicaciones, ni mucho menos.

Por ello, queremos comparar el RFID con sus dos grandes competidores de mercado: Los códigos de barras y el NFC.

RFID Vs. Códigos de barras

Comenzamos con los códigos de barras porque tenemos todos en la cabeza lo que son y para qué se utilizan.

En este caso, el RFID tiene ventajas claras sobre ellos, tanto de velocidad como de seguridad.

Si hablamos de seguridad, la tecnología RFID puede encriptar datos que son procesados por un lector, cosa que no puede hacer el código de barras.

Además, el RFID hablábamos de tiempos de respuesta menores a 100 milisegundos y posibilidad de leer cientos de etiquetas a la vez, mientras que con el código de barras debemos ir una a una.

Por último, el RFID es mucho más durable porque no necesitas escanear en línea de visión el código.

RFID Vs. NFC

Luego está el NFC, llamada Comunicación de Campo Cercano en castellano.

El NFC se utiliza mucho en métodos de pago y se popularizaron mucho con los móviles (todos los Wallets del mercado usan NFC).

La gran limitación del NFC es que sólo tiene un alcance de pocos centímetros, lo que le hace seguro en muchas transacciones, pero muy limitado para otras aplicaciones.

Es decir, es una característica buena para el pago de tarjeta en terminal, pero no para el control de stock en un almacén.